Sin lugar a dudas, a partir de la última elección municipal los partidos de la Concertación han experimentado crisis políticas, que han puesto en evidencia, lo artificial de su estructura y lo falso de sus declaraciones políticas y doctrinarias.
El más afectado de estas colectividades ha sido la DC, la que experimentó, una baja superior al 5 por ciento de su votación.
Soledad Alvear, presidenta del PDC y árbitro en las crisis que se producía al interior del gobierno, una vez conocidos los resultados de las elecciones municipales, dio un paso atrás y desapareció del escenario político. Era sólo marketing. Recordemos el entusiasmo de Alvear cuando debía defender a sus correligionarios imputados de malos manejos administrativos [“pongo las manos al fuego” – decía] y la oportunidad de la respuesta del senador A. Zaldívar, a su expulsión, ordenada por la todopoderosa dama: una asociación ilícita.
Si bien la DC cuenta menos votos, aún tiene ciertos principios que la sostendrán de pié en el panorama político nacional a la sombra de la santa madre Iglesia, que realmente es poderosa.
El PPD, que perdió muchas alcaldías y concejales, al parecer, dado su naturaleza originaria, no se ha conmovido mucho, Porque ¿qué se puede esperar de ese cajón de sastre ideológico, cuya rampante definición doctrinaria, se agota en un grosero pragmatismo electoral?
El PRSD, que mejoró su votación en 1800 votos reclama su derecho a nominar al candidato presidencial del conglomerado político. Con tamaño antecedente, quién podría decirle que no.
La crisis de mayor perspectiva, es la que afecta al Partido Socialista de Chile, nombre, que en el pasado, representó a una definida y honesta militancia política, de la cual emergieron hombres y mujeres que dieron brillo a la actividad política del país ; hoy, en cambio, este partido socialista de Chile, dirigido por los personajes que todo el país conoce, no es más que un nombre de fantasía, que sonó bien, en la farándula que sucedió a la dictadura, pero que se agotó después de 20 años de insistir e insistir, en la práctica de un falso poder en el nombre de principios y de un pasado, de los cuales renegaban y cuyo único sentido era conservar ese poder, en la creencia absurda de que podrían conseguirlo, recurriendo a maniobras retóricas y electoreras, en las cuales estos 'militantes puros y sinceros' se hicieron expertos....
Después de tener candidatos de sobra, para cualquier cargo político, es triste el espectáculo que da la asociación de Escalona y Schilling al tener que proclamar a Frei, uno de los menos carismáticos de los políticos herederos de un apellido, que resume por si mismo, la odiosidad y resistencia que la reacción chilena opuso a los postulados permanentes del socialismo democrático y laico que fue y debería ser el aporte del histórico Partido Socialista de Chile, al debate nacional.
La militancia de este partido no vive ninguna tragedia, salvo los que ostentan cargos de confianza en el gobierno o aquellos, que con su conducta obsecuente y servil para los intereses del grupúsculo, que se hizo con el control de la dirección del partido.
Por el contrario, la mayoría de los militantes, que se autodefinen, desde los años noventa como disidentes, a falta de otro término, esperan confiados, que alejada del poder, la oligarquía partidaria, pueda ser derrotada, en los próximos procesos partidarios-.
Varios de estos próceres, tendrán algunos años más para continuar en la parafernalia política. Estos son, en primer término los senadores, cuyas circunscripciones no van a la próxima elección.
La historia parlamentaria y política de este bache de nuestra historia, tendrá que hacerse cargo de estas figuras patéticas que ocuparon hasta la testera del Senado de la República, gracias al sistema binominal de elecciones y a la falta de interés real por la política que se heredó de la dictadura
Los señores diputados socialistas, deberán pensar en dedicarse a otra cosa, porque en la política se les acabó el tiempo.
Seguramente, los que se sienten más angustiados son los que oficiaron de operadores, entre los cuales se destacan, algunos matones de barrio y otros, seudos intelectuales, que se han desempeñado como asesores de ministros y subsecretarios y otros altos ejecutivos, sin responsabilidades definidas, pero con una asignación no inferior a la correspondiente al grado 6º de la escala única de sueldos. .Vivir así, entre tacitas de café puede resultar grato, pero, que le vamos hacer. Nada es para siempre
¿Cuál será el futuro de este Partido? En realidad esta es una buena oportunidad para quienes gustan de los vaticinios.
Si nos ponemos en el escenario, más probable, identificado por la elección presidencial de Sebastián Piñera, en el corto plazo, no tiene nada de halagüeño, para los actuales responsables de la conducción de este partido. Sin poder que ejercer, vemos muy difícil que vuelvan a repetir lo que hasta hoy les ha resultado simple y sencillo, cada vez que lo estimaron necesario; manipular votaciones internas, tergiversar los resultados electorales de las listas que levantábamos los militantes que no creíamos en su renovación, en sus terceras posiciones y en sus tramposas retóricas. Y sin ellas perderán el poder partidario, que volvería a las fuentes legítimas de la mayoría de los militantes de base, de los núcleos y de las seccionales. Es posible que esas circunstancias favorecieran el regreso al seno de la colectividad de los grupos que últimamente han renunciado a su militancia, como ese grupo encabezado por el Senador Navarro y el ex ministro J.Arrate.
Todo eso está por verse. No debemos elucubrar sobre el futuro. Lo que corresponde es ayudar a construirlo.
Foto: Soledad Alvear, senadora PDC
24/01/09
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